Luego de que Integrantes del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) presentaron su último informe sobre el caso Ayotzinapa en el que revelaron que Tomás Zerón, director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) tergiversó la realidad y manipuló un video para justificar su presencia en el basurero de Cocula, se han sumado más evidencias de su irresponsable participación en dicho caso.
Pues lejos de aportar al esclarecimiento, resulta que el funcionario federal ocultó evidencias, así como la tortura de un individuo.También ocultó que permitió que se descartaran restos óseos sin un peritaje, ya que dichos sucesos no estaban integrados en la averiguación previa.
Sin embargo, el responsable de la Policía Federal Ministerial, quien encubrió su acto de investigación policial por 18 meses a pesar de ser “legal”, lo tuvo que reconocer públicamente tras la difusión de un video que documentó su presencia en el municipio de Cocula, el 28 de octubre de 2014.
Casualmente, después de esa fecha se encontró en el río San Juan una bolsa con restos que presuntamente pertenecían a los estudiantes desparecidos, después de haber sido incinerados en el basurero.
El GIEI señaló que de acuerdo a los informes médicos, existen indicios de que “El Chereje" fue víctima de tortura antes y después del viaje a Cocula, pues el 27 de octubre de 2014 a las 18:00 horas cuando fue detenido por elementos de la Secretaría de Marina.
Un médico naval le practicó una evaluación medica donde solo detectó un moretón en la parte superior del abdomen.
En horas posteriores, bajo la custodia de las autoridades ministeriales “El Chereje" presentó más de 30 lesiones, antes de viajar junto con Tomás Zerón a Cocula.
Zerón de Lucio permitió el traslado de Agustín García Reyes “El Cheje” o “El Chereje" -presunto integrante de Guerreros Unidos- de la Ciudad de México a Cocula sin que fuera acompañado por su abogado defensor.
Un acta ministerial señala que fue ingresado a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) a las 23:00 horas de ese mismo día.
El informe médico del 28 de octubre de 2014 de las 00:50 horas –casi dos horas después de su ingreso y siete horas después del primer informe médico- refiere la existencia de 30 lesiones que no tenía al momento de ser revisado por el médico naval.
El 28 de octubre, “El Chereje” fue trasladado a Cocula por Tomás Zerón de Lucio. A las 3:00 horas del 28 de octubre de 2014, “El Chereje” firmó su declaración ministerial, en la que señaló que las lesiones se las ocasionó antes de la detención haciendo trabajos pesados, una contradicción, ya que en la evaluación psicológica del 28 de octubre, el detenido le informó al psicólogo de la PGR que fue torturado, que le pusieron una bolsa en la cabeza, que lo golpearon y le dieron toques con la “chicharra”.
El 29 se realizó una diligencia oficial en los márgenes del río San Juan, en la cual participó “El Chereje”, y por la noche se le practicaron dos nuevas revisiones médicas – a las 19:00 y 20:30 horas-, con las mismas palabras y signos de puntuación que la realizada el 28 de octubre.
Días después presentaría más lesiones. En el informe médico del 31 de octubre de 2014 practicado a las 23:21 horas se incluyen siete nuevas lesiones (eritemas –enrojecimiento de la piel por inflamación en ambas muñecas).El 3 de noviembre de 2014 a las 20:00 horas se le practicó otra evaluación médica y se le detectaron nuevas de lesiones en una pierna.
Para ocultar los posibles indicios de tortura, la PGR realizó un informe de mecánica de lesiones a “El Chereje” el 31 de diciembre de 2014, en el que se concluyó que las lesiones corresponden a actos de sometimiento, inmovilización y traslado de personas con forcejeo y resistencia, aplicándose la fuerza, no de tortura.
A las 3:00 de la mañana del 28 de octubre Agustín García Reyes “El Chereje, presentó su declaración ante el Ministerio Público de la Federación en donde manifestó haber participado en incineración de los cuerpos de los estudiantes y reveló que las cenizas fueron echadas en bolsas negras al rio San Juan. Fue entregado para su guarda y custodia al titular de Policía Federal Ministerial de la Agencia de Investigación Criminal las 5:53 horas. Tomás Zerón de Lucio voló a las 13:35 horas de ese día en helicóptero de la Ciudad de México a Cocula, junto con el detenido para que identificara “en campo los lugares señalados” en su declaración.
Zerón de Lucio realizó una llamada telefónica para que personal de servicios periciales acudiera al lugar a realizar actividades.
Después recorrió la orilla del río San Juan acompañado por personal de la PGR. Acudieron al lugar peritos y agentes de investigación de la PGR que trabajaban en el basurero de Cocula, con la intención de confirmar o descartar la información que proporcionó el detenido.
Tomás Zerón volvió a la Ciudad de México por la noche. zxeronAl día siguiente, el 29 de octubre de 2014, sólo 18 horas de la primera visita de Zerón de Lucio a Cocula, a las 8:50 horas buzos de la Secretaría de Marina hicieron el hallazgo en el río Cocula de una bolsa negra que presuntamente contenía restos humanos.
Se le notificó al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) que realizaba un peritaje en el basurero de Cocula -a petición de los padres de los 43 normalistas-, quienes se trasladaron a río San Juan. No se les mostró video ni fotografía del hallazgo de la bolsa con restos óseos, tampoco la cadena de custodia, sólo se les mostraron los huesos en una bandeja, del cual destacaba uno por su tamaño y conservación.
El 7 de noviembre de 2014, el entonces procurador, Jesús Murillo Karam, en conferencia comenzó a perfilar la “verdad histórica” a partir de los testimonios de tres presuntos integrantes de “Guerreros Unidos, entre ellos, el de “El Chereje”.
Murillo Karam dijo que los 43 estudiantes habrían sido asesinados, incinerados, triturados sus restos y arrojados al río San Juan, y anunció que se analizarían los huesos encontrados el 29 de octubre de 2014.
Una semana después, la PGR y el EAAF, enviaron algunas muestras seleccionadas de la bolsa de río San Juan a la Universidad de Innbruck, en Austria, para que fueran analizados y comparados con el ADN de los familiares de los estudiantes desaparecidos.
El 5 de diciembre de 2014, el resto óseo que destacaba, dio positivo para la identificación de Alexander Mora Venancio, uno de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Tomás Zerón de Lucio y Jesús Murillo Karam, el 27 de enero de 2015, aseguraron que los normalistas fueron incinerados en el basurero de Cocula y sus restos arrojados al río San Juan, dijeron que era la “verdad histórica” de los hechos.El 24 de abril de 2016, el GIEI, quien brindó asistencia técnica a la PGR en la investigación de la desaparición, reveló en su segundo informe que Tomás Zerón de Lucio, no dejó constancia de sus actividades ministeriales del 28 de octubre de 2014 en la averiguación previa, y pusieron en duda una parte de la “verdad histórica”.
Mostraron fotografías y videos del día 28 de octubre de 2014 en el río San Juan, de actividades periciales, ministeriales y recolección de evidencias, que no tenían sustento ni registró en el expediente. Una de las irregularidades que señaló el GIEI, fue la presencia en el río del detenido Agustín García Reyes “El Chereje”, custodiado por la Agencia de Investigación Criminal y sin la presencia de su abogado, justo en el lugar donde al día siguiente se habría encontrado la bolsa con restos.
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